Ha tocado de nuevo hacer análisis de sangre. La verdad es que lo pienso, y ¡pobre hijo mio!, desde que tiene un año haciéndose análisis... y hay niños que con su edad o incluso más mayores no saben ni que lo que es. Sé que no debo de quejarme, que hay cosas peores, pero no puedo evitar sentir lastima.
Lo que os decía, hemos hecho la revisión y para ver que alimento podíamos empezar a provocar, le hemos tenido que hacer de nuevo una analítica, ademas del test cutáneo. Los pescados parece que han bajado algo pero todavía sigue todo muy alto.
El alergólogo quería comprobar si dentro de los pescados blancos podía tener menos alergia a los planos que a los redondos, parece ser que a nivel alérgico son diferentes, ¡pero nuestro gozo en un pozo!. Mi hijo no se libra de ninguna familia de pescados. Así que seguimos con la provocación de los pescados azules que parece que son a los que menos tiene.
El alergólogo nos ha propuesto provocarle la sardina y de las legumbres, la judía blanca. Así que, cuando podamos encontrar un hueco, ya que tenemos que ir al hospital para hacérselo, empezaremos con la inducción a uno de los dos alimentos.
Yo, por lo pronto, he empezado de nuevo a introducirle el emperador que, hace tiempo, ya se lo indujimos, pero como parecía que le picaba bastante las ultimas veces que le di, se lo deje de dar por un tiempo. Ahora he vuelto a introducirlo en su dieta y la verdad es que lo está aceptando muy bien. Se lo doy a trocitos pequeños y empanados porque, como podéis entender, le cuesta todavía asimilar estos sabores. Va comiendo cada vez un poco más, pero para nosotros ya es todo un logro que pueda comer ese poquito de pescado sin ningún síntoma.
Y aquí seguiremos, luchando con las alergias alimentarias para mejorar la calidad de vida de nuestro hijo, pero eso sí, muy contentos de los avances que estamos teniendo.
¡¡¡¡Quien nos ha visto y quien nos ve, hace 10 años y ahora!!!!
