miércoles, 7 de octubre de 2015

¿TIENES UNA ANECDOTA DE TU HIJO CON LAS ALERGIAS A ALIMENTOS? ¡¡ SEGURO QUE SI!!

Yo sí........¡¡¡muchísimas!!. Pero si tengo que escoger alguna, os voy contar una que siempre me viene a la cabeza y  no paro de reír (por no llorar claro está).
Tenía mi hijo unos dos añicos más o menos, cuando una tarde nos fuimos a un supermercado a comprar.
Estábamos los dos solos en el pasillo de las galletas, magdalenas... vamos en el paraíso de los niños. Mi hijo se bajo del carro y se fue directo a por las magdalenas, cogió un paquete, me miró y me preguntó: ¿ Mama puedo comer esto? (Con esa edad ya era consciente de que él no podía comer muchas cosas) y yo le contesté: No, cariño eso si lo comes te pica la boca. Déjalo en su sitio.
El lo dejó, y sin perder la esperanza se fue directo a unas galletas de chocolate, y me volvió a mirar y me preguntó: ¿Mama y esto? ¿Esto me pica?, yo de nuevo y con toda la pena de mi corazón le volví a contestar: Si cariño, esto también te pica. El lo dejo en su sitio y se fue en busca de otro "tesoro" y yo de nuevo con la misma canción: No, eso no que te pica. El siguió buscando e insistiendo una y otra vez con lo que mis contestaciones ya  se limitaba a decirle que no.
Ya llevábamos un rato allí, cuando aparecieron dos señoras mayores. Ellas estaban por allí comprando y empezaron a observar las idas y venidas de mi hijo con los donuts, bollicaos y demás delicias y mis rotundas negaciones a todas ellas. Yo empecé a observar que ellas cada vez se acercaban más y que empezaban a mirarme con extrañeza. Entonces como buenas abuelas no pudieron resistirse y vinieron hacia mí y me dijeron: ¡Perdona! pero es que estamos viendo a tu hijo y nos esta dando una pena...¡hija mía porque le des una de estas cosas no pasa nada!.
Yo, por sus caras, ya las vi venir. Les tuve que explicar que el niño era alérgico y que por eso no podía comprarle nada de lo que el me traía. Que ya me gustaría a mi poderle dar todas esas cosas pero desgraciadamente no podía.
Las pobres mujeres se disculparon y me confesaron que habían comentado entre ellas que menuda  madre mas estricta era y que no habían podido resistirse a decirme lo porque le había dado mucha pena el niño cada vez que me traía algo y yo le contestaba que no. Ellas lamentaron de todo corazón la situación que estábamos viviendo, ya que como madres que eran, se imaginaban lo duro que era.
Les agradecí todas las palabras que me dijeron y les disculpe de su "metedura de pata", !Pobres mujeres!. Allí estuvimos charlando un rato.

En fin, luego nos fuimos para casa.... y le prepare su merienda favorita, su tostada con aceite de oliva y sal y un trozo de chocolate. Y gracias a Dios, mi hijo más contento que unas castañuelas.
¿Y tú? ¿Tienes alguna anécdota? Cuéntanosla......

viernes, 2 de octubre de 2015

SINCERO AGRADECIMIENTO A MERCADONA Y SU COMPROMISO CON LAS ALERGIAS ALIMENTARIAS.

Desde que empecé este proyecto he tenido claro que una de las cosas que quería transmitir en mi blog era mi agradecimiento a MERCADONA por buen hacer que nos ayudo en los duros momentos que tuvimos cuando empezamos con el tema de las alergias con alimentos.

Antes de nada, este hecho hay que situarlo a finales del 2007. Si recordáis, por ese año todavía no era obligatorio etiquetar los productos señalando los alergenos presentes ni las trazas. ¡Lo recuerdo como un caos!. En los pocos foros que hablaban de las alergias alimentarias, corrían cientos de listas de productos que estaban libres de algún alergeno pero claro, como en el caso de mi hijo, si tenia alergia a varios alimentos pues te valían para unas pero no para otras. Recuerdo correos y llamadas para que me confirmaran los alergenos y trazas.... UFFF!!
Y ya, lo de ir a comprar se convertía en un peregrinaje de supermercado en supermercado. Perdías infinidad de tiempo (y la vista en mi caso) y llegabas a casa con un humor de perros. Y es aquí donde entra la figura de Mercadona, donde en uno de esos peregrinajes entre por primera vez. Delante de mi se apareció un ¡paraíso! (jiji, soy un poco exagerada, debe ser la genética andaluza....). Por fin encontré un supermercado donde todos sus productos aparecían bien etiquetados ¡Incluido las trazas! e incluso tenían productos que no eran suyos y también estaban bien etiquetados. ¡NO ME LO PODÍA CREER!. Yo creo que alguna lagrima se me cayo en aquel momento (y esta vez no exagero).
No he olvidado que allí encontré por primera vez, unas latas de foie-gras que estaban libres de todo a lo que mi hijo tenia alergia, también recuerdo que había unas bandejas en la sección de carnes con nuggets empanados que estaban ¡libres de huevo!... y unas ¡galletas!, también pude comprar unas galletas aptas para mi hijo... bueno, bueno. Ese día mi vida cambio por completo. Por fín había encontrado un supermercado donde podía comprar casi todo y con la tranquilidad de lo que lo que compraba  estaba bien etiquetado.
¡¡Ay, que recuerdos!! la verdad es que con el tiempo todo se diluye pero fueron tiempos muy.... no se muy bien como definirlos.
Creo que por todo esto, lo menos que puedo hacer es transmitir mi más sincero agradecimiento a MERCADONA, y por supuesto que mi fidelidad a la hora de comprar siempre la tendrá. 
Gracias por hacer las cosas bien y por no olvidaros de ese grupo de personas con una dieta tan "especial". 


¡¡GRACIAS DE TODO CORAZÓN!!